jueves, 14 de junio de 2012

Dos hombres y un destino


Quien iba a decir que estos personajes llamados  Juan Antonio Reig Pla, Obispo de Alcalá  y Carlos Divar presidente del tribunal supremo y del CGPJ iban a estar unidos, sin querer, por el tema de  la Homosexualidad.
Al primero ya el conocemos por sus exabruptos sobre la homosexualidad y por exponer pensamientos de la iglesia ultraconservadora, parece ser   que se llevan ahora en España desde que su máximo mandamás es Rouco  Varela acentuado por el gobierno del PP.
Al segundo le tenemos desde hace una semana en todos los medios de comunicación por gastarse una pasta en hoteles, restaurantes y viajes privados a costa de todos nosotros, en  compañía de su “amigo”. Según parece, lo ha realizado legalmente debido a las normas vergonzantes por la que se rige el CGPJ, donde hay barra libre para todos, pero es inmoral e indignante para el ciudadano norma,l más en esta época de crisis económica.
No contento con ello y en un grado de chulería mayúscula, se niega a dar explicaciones y cuando lo ha hecho se ha basa en mentiras que poco a poco se han ido descubriendo, no quería dimitir, pero entonces apareció lo que todo el mundo sospechaba, los gastos eran con alguien íntimo y resultó que era con el jefe de su escolta.
Para su doble moralidad de ultracatólico, uno de sus lemas es “Sólo en Amar a Cristo y hacerle Amar, en una vida coherente y cabal, se encuentra la única y verdadera JUSTICIA” y temiendo la ira con los Homosexuales de su amigo el obispo de Alcalá, parece que ahora dimitirá, como dice el dicho popular le han pillao con el carrito del helao.
Es necesario analizar en profundidad todo este caso y comprobar que el primer error fue nombrarle presidente del CGPJ y del TS, no sé si sabremos algún día en que se basó Zapatero para proponerlo.
No se puede consentir que dicho presidente, se guíe a la hora de juzgar por normas divinas en detrimento de las leyes constitucionales, un ejemplo de una entrevista suya en la que refleja sus convicciones:
-No le veo nada partidario de dejar sus creencias en casa antes de ir al despacho.
-El amor de Dios, que es el que ha dirigido toda mi vida, nunca puede quedarse en casa.

-¿Y si se viera obligado a elegir?
-Yo tengo que actuar conforme a mi conciencia. No puedo dejar de creer por tener un cargo público. Mi vida es una unidad. Antes de abandonar a Dios, abandonaría mi trabajo, sin hacer ningún ruido.
-Hay hombres públicos a los que les da pudor hablar de Dios. A, usted, en cambio...
-Dios está tanto en mi vida pública como en la privada y yo no puedo renunciar a Él ni en una ni en otra. Jesús dijo: “Quien se avergüence de mí yo me avergonzaré de él delante de mi Padre”.

-Y usted, claro, no quiere que eso le pase.
-No, no quiero. Además, ¿cómo voy a avergonzarme de Aquel al que amo sobre todas las cosas?

Otra cuestión a destacar es como se consiente que un policía de la escala básica que lleva 15 años con él, ha obtenido 5 condecoraciones, una de ellas le asegura un 10% de su sueldo vitalicio y está pensada para agentes que han intervenido en acciones con riesgo para su vida……. sin comentarios.
Todo esto demuestra como el Tribunal Supremo que ajustició a Garzón está lleno de postfranquistas reciclados, siguen adoctrinados por la derecha más reaccionaria y por los mandamientos de la iglesia católica, mientras no jubilen a todos éstos, no existirá un tribunal verdaderamente imparcial.
Saludos a tod@s AJFerrer

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