Estamos asistiendo a una reencarnación, en la persona del nuevo ministro del interior Jorge Fernández Díaz del recientemente fallecido Fraga Iribarne, en su faceta de represor absoluto, cuando ocupó el ministerio de Gobernación en 1976 y dijo su antológica frase “La calle es mía”.
Este alumno aventajado que también empezó en Alianza Popular y lleva casi toda la vida sin bajarse del coche oficial; ha sido delgado de trabajo, gobernador civil, diputado, senador, subsecretario de varios ministerios y al final ministro donde ha encontrado la erótica de la porra, inspirado en su antiguo mentor.
Nos tenemos que avergonzar todos, que con la excusa de luchar contra los desmanes de los manifestantes antisistema, quiera endurecer al máximo el castigo para protestas pacificas, similares a las ocurridas en Valencia con los estudiantes.
En la nueva ley quien realice una protesta pasiva, estará incurriendo en delito contra la autoridad castigado con dos años de cárcel y quien invite a los amigos a ir a una manifestación por muy legal que sea, estará asociado a banda armada.
Sin defender los actos vandálicos que puedan hacer diferentes tipos de manifestantes, hoy en día ya hay medios y leyes para castigarlos y si realizan actos vandálicos sin sentido que lo paguen, pero NO, quien lucha por sus derechos sin emplear la violencia.
Me imagino que esto es el principio, solo le falta cambiar el uniforme a la policía y volver a vestirla de gris. Este personaje debe de tener en su mesilla de noche como lectura básica el libro 1984 de George Orwel por no pensar en cosas peores.
Es deplorable la actitud del ministro pero aún indigna más la actitud de su jefe, no hace ni dice nada, parece que tenemos un presidente de gobierno virtual que solo hace caso a los poderes económicos, eclesiásticos y de la comunidad europea.
Este proyecto de ley, no puede impedir que sigamos luchando de forma pacífica por nuestros derechos que cada vez van a estar más en peligro.
Saludos a todos AJFerrer
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